El turismo cultural comunitario en la comunidad Wiwa del asentamiento Gotsezhy: una alternativa económica al turismo extractivista
Autor
Pupo García, Luis Carlos
Fecha
2025Resumen
Una de las actividades turísticas con mayor crecimiento continuo es el turismo, el cual según la OMT (Organización Mundial del Turismo) (2023) es un sector de resiliencia económica que se sigue vinculando directamente con el crecimiento económico, por lo cual, muchos países tienen un interés genuino en adoptarlo como una de las actividades dentro de su economía, ya que, considerando la característica diversa del mismo posibilita la generación de empleo, la innovación y el emprendimiento (Chérrez et al., 2021). Se han documentado diferentes modelos de turismo, considerando el carácter diverso del mismo, sin embargo, en esta investigación se hace énfasis en dos tipos específicos: El turismo extractivista y el turismo cultural comunitario. De esta forma, para comprender el turismo extractivista es necesario mencionar que el extractivismo está asociado a procesos de extracción, exportación y control de bienes naturales (Svampa, 2012), aterrizando este concepto hacia el turismo, se puede decir que consiste en el aumento amplio de turistas en un territorio, que tiene como consecuencia impactos a nivel ambiental, social y económicos. En este sentido, el turismo extractivista genera efectos negativos en las comunidades o territorios donde se implementa, tales como el incremento del precio de algunos productos, el impacto inmobiliario donde las viviendas aumentan los costos, se promueve la estetización de los espacios y se privatizan los mismos, se generan desigualdades sociales en la medida que hay conflictos por el control y uso de los bienes comunes, además, el atractivo influye en el asentamiento de nuevos pobladores, que requieren ocupar espacios, entre estos, las oportunidades laborales que antes aprovechaba la comunidad local, lo que impacta en que se generen movilizaciones (Torres et al., 2017; Rodríguez y Di Nicolo, 2019). Por otro lado, el turismo cultural comunitario es una práctica que involucra como atractivos los elementos de la naturaleza, que, si bien puede generar impactos negativos por la mercantilización del ambiente natural, este modelo se caracteriza por ser ecológico y promover la acción comunitaria caracterizando así una comunidad que controla y gestiona su actividad turística, además, protege la naturaleza y la identidad cultural (Rodríguez, 2018).